El camino más común para identificar aquello que creemos, es la reflexión detenida y honesta, cuestionando lo que creemos de nosotros mismos, de nuestro entorno, la familia, los amigos, el dinero, el trabajo, la vida, la muerte, etc., en fin aquello que nos importe y sea trascendente enlistando en una columna aquellas que consideremos que nos han impulsado de alguna forma y en otra columna aquellas que nos hayan limitado en un momento dado.
Una vez que se ubiquen las creencias limitantes, reconstruirlas en términos potencializdores. Cabe la precisión que exiten creencias a nivel no conciente que pudieran no descubrirse en un primer ensayo por lo que resulta fácil hacer el ejercicio por áreas y en varios momentos, ya que al igual que al igual que una cebolla que tiene muchas capas, las creencias tienen muchas facetas en cada aspecto de neustra vida.
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